LA IMPORTANCIA DE LAS PEÑAS EN EL MANTENIMIENTO Y DIFUSIÓN DEL FLAMENCO
Fue un seis de enero de 1949 cuando el movimiento peñístico flamenco andaluz comenzó a manifestarse. Y el natalicio se produjo en la artística y flamenca ciudad de Granada. Se fundó la Peña Flamenca "La Platería". Y todo porque un grupo de artesanos de la orfebrería, aficionados cabales, necesitaban de un local donde escuchar, opinar y promocionar el arte flamenco.
Más tarde y siguiendo el ejemplo, los aficionados malagueños se agrupaban en otra similiar asociación: la prestigiosa Peña Flamenca "Juan Breva". Alrededor de estas iniciativas fueron surgiendo nuevas entidades flamencas en Los Palacios, la cual se denominó Peña Flamenca "El Pozo de las Peñas", en Morón con el nombre de "El Gallo de Morón", en Cádiz fué la de Enrique el Mellizo, en Almería "El Taranto", en Sevilla "Torres Macarena", en Córdoba "El Rincón del Cante" y la "Antonio Fernández Díaz "Fosforito"", en la capital onubense "Peña Flamenca de Huelva", en Jerez "Los Cernícalos" y en la ciudad jienense, la "Peña Flamenca de Jaén", por citar las más emblemáticas. Una vez que el prestigio y la labor desarrollada por éstas a favor del flamenco trascienden de sus ámbitos locales, los aficionados de los pueblos de Andalucía retoman la iniciativa y surgen peñas flamencas por doquier, alcanzando un número de casi cuatrocientas en nuestra comunidad autónoma, las cuales están federadas en la Confederación de Peñas Flamencas de Andalucía.
Mas este movimiento asociativo no se para aquí, pues Extremadura se vé igualmente afectada por la creación de este tipo de instituciones culturales y surgen entidades de reconocida valía, no ya en las dos capitales extremeñas, si no en numerosos pueblos de la región. Otro tanto acontece en capitales de las dos Castilla, destacando localidades como Valdepeñas, Ciudad Real, Tomelloso, Ávila, Zamora, Valladolid o León; en la zona levantina de Murcia, Alicante y Castellón, principalmente en Cartagena, La Unión, Lorca o Elche y las citadas anteriormente. También Madrid con las de la metrópolis, Parla, Fuenlabrada, Alcorcón o Móstoles, se contagia del furor asociativo y en Asturias, es en Oviedo donde se asienta la entidad flamenca.
Por otro lado hay que desatacar el movimiento asociativo flamenco en Cataluña. El numeroso colectivo de emigrantes andaluces que existe en dicha comunidad, además de la raigambre artística que la populosa Barcelona mantiene desde finales del siglo pasado, propiciaron que florecieran cuantiosas sedes en las que se conjugan las actividades flamencas con otras de tipo cultural análogo, sobre todo en los pueblos del cinturón industrial como Cornellá, Sardanyola, Hospitalet, etc.
Los fines primordiales que estas entidades recogen en sus estatutos, general y principalmente son los de estudio, conservación y difusión del flamenco . Para lograrlos, lo cual se consigue siempre en mayor o menor medida, las mismas organizan recitales periódicos en sus sedes, concursos de artísticas noveles (en las tres facetas del flamenco, cante, toque y baile), semanas de estudios flamencos y, en función de las ayudas institucionales que reciben, un festival flamenco que generalmente se celebra casi siempre en verano.
Más, como siempre ocurre, son muy determinadas las que elaboran una serie de actividades artísticas que trascienden en su popularidad por la importancia de los actos a celebrar. Así, en años pasados, la Peña "La Platería" ha sido la promotora de uno de los más prestigiosos concursos que se han celebrado en los ámbitos flamencos. La alemriense "El Taranto" ha destacado por sus Semanas de Estudios Flamencos y por el galardón "Lucas López", al cataor de más completa actuación en la entidad. La malagueña "Juan Breva" por poseer una de las más completas fonotecas que existen en este arte, destacando su colección de placas de pizarra. La "Enrique el Mellizo", de Cádiz, por la organización de los "Jueves flamencos", escaparate promocionador de jóvenes valores de la tierra. Por su parte, la Jerezana "Los Cernícalos", por realizar el concurso de guitarra flamenca más prestigioso de la actualidad. O la "Soleá", de Palma del Río, por ser una de la más antigua en celebrar Semanas de Estudios Flamencos.
Mención algo más especial merece la Peña Flamenca de Jaén, no ya por la organización de festivales, recitales flamencos o Semanas de Estudios Flamencos, si no por haber sido, tras Ceuta, la editora de una revista monográfica sobre el flamenco: Candil. Desde el año 1978 esta publicación se viene editando en periodo bimestral y ha alcanzado ya el número 117 de la misma. Candil es un instrumento esencial para analizar la historia de este arte durante las dos últimas décadas, así como de consulta para investigadores y ensayistas sobre el flamenco. Se han editado números extraordinarios dedicados a Antonio Mairena, Fosforito, Fernanda y Bernarda de Utrera, el escritor Anselmo González Climent, Camarón de la Isla, Paco de Lucía, el pintor Fausto Olivares, Chano Lobato y Federico García Lorca. Igualmente, esta entidad fué la promotora de la creación de la Asociación Nacional de Críticos y Escritores Flamencos, habiendo organizado su Congreso constituyente en el año 1994.
Aún en día, a pesar del gran número de peñas consolidadas, este movimiento asociativo se sigue incrementando, toda vez que la popularidad adquirida por este arte ha aumentado recientemente.